Aldea Pingüino ________________________

Este es mi tercer embarazo.

En las tres ocasiones mi cuerpo ha sufrido grandes cambios, los ha habido físicos y también psíquicos, aunque estos últimos no se ven a simple vista.

Me gustaría poder haceros un resumen de estos cambios inapreciables por la vista pero sumamente importantes para el cuerpo.

Mi primer embarazo fue muy fugaz y apenas tuve tiempo de notarlos pero ya desde el momento que el test me dio positivo, mi cuerpo se transformó en una especie de burbuja protectora de carácter maternal.
Fue muy duro pasar el trago de perderlo y no poder hacer nada para salvar la vida que se está formando en tu vientre.

Un año más tarde, otro test me devolvió la sonrisa y nueve meses después tenía en mis brazos mi mayor tesoro.
Durante esos meses, mis hormonas transformaron otra vez mi cuerpo y mi mente en otra burbujita capaz de crear con todo el amor del mundo a mi pequeña bebé.
Tuve una especie de depresión causada por el propio miedo de volver a sufrir otro aborto y sentí miedo hasta el mismísimo momento que tuve a Gatchan en brazos.

Llorar y sentirme perdida fueron dos de las cosas que me acompañaros durante la espera.
Sin saber porque, tu cuerpo es desconocido para ti.
Me sentí débil y cansada casi todo el día durante el primer trimestre. Se que hay mujeres (muchísimas) que no sienten nada de lo que estoy explicando y en cambio debe de haber un montón que se están sintiendo muy identificadas conmigo en estos momentos.

Crear una vida, es un arduo trabajo para el cual, nadie te da indicaciones.
Sentirte apoyada por los tuyos es básico, saber que te ayudan y te comprenden o al menos lo hacen ver, relaja tus nervios.
Casi todos pensamos que cuando una mujer está en estado, debe de ser la más feliz del mundo y aunque en cierto modo así es, no podemos olvidar que está pasando por un estado para el que no está nadie preparado.

Hace días, estando en el trabajo, vino una cliente a traerme a su hija para peinar, ya que al día siguiente la niña hacía la comunión. Creo que son muy religiosos y muy practicantes (es más… creo que son del Opus). La cuestión es que está embarazada de su séptimo hijo… y solo tiene 31 años.
Esta futura mamá, se sentía igual de perdida y de asustada que en su primer embarazo. No rinde al mismo ritmo en que lo hace habitualmente, no duerme igual, va mucho más cansada y eso que ya está en el segundo trimestre que en un principio dicen que es la etapa en la que te sientes mejor.

Yo estoy un poco igual, mis piernas ya parecen botijos y eso que no ha apretado aun el calor, me canso con mucha más facilidad que antes y tengo los sentimientos a flor de piel.

Sabemos perfectamente que un embarazo no es una enfermedad, ni una incapacidad para la movilidad… eso lo tenemos todos claro, pero lo que creo que aun hay gente que no se entera, es que de que por más que quieras no eres la misma de siempre.

Tienes preocupaciones, miedos, ansiedades, te cansas, vas dormida durante el día y procuras atender la casa, el marido, los niños y el trabajo con la misma fuerza con que lo hacías hace unos meses y no puedes…

A las tres de la tarde (y yo hablo siempre por mi) mis piernas ya no me tienen en pie y sigo así hasta las siete de la tarde hora en que termino mi jornada laboral.
De nueve a siete cada día y la gran mayoría de las horas me las tiro de pie.

Luego vas al médico y te dice:
Cuídate las piernas chica que tienes unas varices que asustan…

Pero por otro lado está tu jefa que te pone mala cara si faltas un día.
No tienes cuerpo para ir a trabajar pero si no vas, no cobras las comisiones, que en el fondo, son las que te dan de comer.

Aguanta comentarios de todo el mundo que “sin ganas de molestar”… te dicen lo
gordita que estás ya a estas alturas… y tu acojonada por tanto comentario te diriges a tu comadrona y le preguntas ¿mi barriga es normal? A lo que ella te responde… Pues claro que sí, no has engordado mucho, piensa que es tu tercer embarazo y tu matriz ya está dada se si… no te preocupes.

Pero vuelves al trabajo y la gente “sin ganas de molestar” te sugiere que te pongas a dieta y tú les das educadamente recuerdos para toda su puta familia…

Y después de tanta mierda acumulada durante el día, ves a casa y atiende como si nada a toda tu familia, que por suerte se muestra más que comprensible, amable, atenta y cariñosa contigo y además te ayuda en todo.

Así que estar embarazada es lo más maravilloso del mundo siempre y cuando no venga nadie a joderte ni a darte por el culo con sus comentarios fuera de lugar y te demuestre que eres tu la embarazada pero puedes contar con su ayuda para lo que necesites… necesidades que en otro momento ni se te pasarían por la cabeza…

No estoy enferma ni paralítica… solo estoy embarazada.

Etiquetas: embarazada

# lo escribió Arale a las 15:16