14.9.06

 

Historias para no dormir

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Esto que os voy a contar, me sucedió hace muchísimos años. No es ninguna broma…Con toda seguridad, fue mi peor tarde… Nunca jamás he vuelto a tener tanto miedo.

Todo comenzó una tarde lluviosa, puede que fuese parecida a la de ayer…

Llovía de manera exagerada, los relámpagos eran tan fuertes que, por un rato, los oídos quedaban ensordecidos…Quizás, fue la tormenta más fuerte que jamás haya presenciado…No suelo tener miedo a los truenos, pero ese día me sentía extraña…Nerviosa…Creo que era el sexto sentido que anida en mi.

Por aquel entonces yo apenas tenía 14 años… Puede que 15, no estoy segura, pues mi mente ha querido borrar aquel recuerdo…

Estábamos en casa de una amiga, acabábamos de comer y durante ese rato, la luz se había ido un par de veces.
En ese momento éramos 5 personas en la casa, pero justo al terminar de comer los padres de mi amiga se fueron, no recuerdo donde.
Nos quedamos solos, mi amiga, su amigo-vecino y yo.
Estuvimos de charla un rato. Teníamos, pese a la tormenta, ganas de salir a dar una vuelta.
Entonces, Ramón, el amigo-vecino, se dirigió a su casa situada a pocos metros de la de mi amiga para darse una ducha y arreglarse para salir.
En ese momento nos quedamos solas…

Los relámpagos no cesaban y mi nerviosismo era cada vez más latente.

La casa era inmensa. Sótano, garaje, planta baja, primer piso, boardilla y terrazas, toda ella rodeada de un gran jardín.
Era mucha casa para dos adolescentes en plena tormenta.
Supongo que Maite, mi amiga, también se sentía nerviosa, pero las dos, nos esforzábamos para que no se nos notara… No queríamos admitir que estábamos asustadas, pues a esa edad, ya te crees adulta y aceptar que estás asustada por culpa de una tormenta, no entra en los planes.
Llovía cada vez más fuerte, cada vez había más relámpagos y cada vez los truenos eran más estridentes…
Después de estar durante un rato en la cocina decidiendo que ropa nos pondríamos, comenzamos a subir las escaleras que llevaban a la 1ª planta.
Eran unas escaleras empinadas y oscuras, estrechas y con recodos.
Yo llevaba puesta una camisa larga que me llegaba a las rodillas, con unos pantalones fuseaux, de esos que tenían una goma que pasaba por debajo del pie.
Al llegar a la habitación de Maite, comencé a desnudarme para entrar a la ducha.
Solo tuve tiempo de sacarme los zapatos y los pantalones…
Todo quedó a oscuras, la única iluminación era la que producían los relámpagos….Acompañados del estallido del trueno.
Quise desaparecer… Pero estaba allí, asustada, tanto o más que Maite.
¿Otra vez se habría ido la luz?... Quizás…
Maite me sugirió que bajáramos a darle otra vez al automático de la luz, pero mi cuerpo se paralizó… No era capaz de realizar movimiento alguno, pero había que dar de nuevo la corriente.
Entonces Maite se vio obligada a bajar ella sola… No lo recuerdo bien, solo cuando fui consciente de que me encontraba sola, mi pánico creció de manera descomunal y emprendí la “huida” de la habitación…
Por suerte ella aún estaba en el primer rellano, pero su cuerpo temblaba demasiado para estar solo asustada… Como yo…
No, no era solo por eso, Maite comenzó a gritar que había visto una sombra, que alguien o algo estaba a pie de escaleras…
Algo no iba bien.

En la casa solo nos habíamos quedado nosotras dos ¿Como era posible que Maite viera “algo”? …
Imposible, pero pese a que no la creí en un principio, yo, cada vez estaba más nerviosa.
Recuerdo que la cogí por la cintura, supongo que para hacerle notar que yo estaba allí también, aunque no se si fue para darle fuerza a ella o para cobijarme yo…No lo se.
En ese instante Maite volvió a gritar, pero esa vez su grito fue más desgarrador y punzante… Era de autentico terror.
Entonces la creí…
Mi corazón latía cada vez con más fuerza… Mi cuerpo temblaba más que el de Maite y mi miedo me tenía presa.
Pero allí, en el rellano, la oscuridad nos amenazaba mientras a pie de escaleras nos esperaba algo.
Intenté tranquilizarme pero la situación no me daba alternativas, seguía asustada y cada vez que intentaba abrir los ojos, los relámpagos se reflejaban en ellos y mi miedo aumentaba…

No se como lo conseguí, pero arrastre a Maite escaleras abajo. Yo descendía por el lado de la barandilla y Maite por la pared.
Justo al girar el segundo recodo sucedió…

Algo acarició mi pierna desnuda desde el tobillo hasta la rodilla.
Entonces fue cuando caí en plena oscuridad sobre los últimos peldaños que había bajado y grité y grité y grité y grité….
Mi corazón estaba al límite, intentaba mantenerme viva, bombeaba tan deprisa que incluso sentía dolor…
Maite no entendía porque había gritado yo, pero supongo que eso la asustó más aun y ella también gritó…

Algo había acariciado mi pierna, no estaba soñando… Algo la recorrió despacio, algo firme… No había sido un roce cualquiera…No sentí dolor, fue como si una mano la hubiera tocado con dureza… Con seguridad, pero a la misma vez con suavidad…
Mi cabeza daba vueltas y yo no era capaz de pensar…

¿Podíamos morir allí?
¿Alguien se había colado en esa casa?
¿Había alguien o había algo?
¿Íbamos a sufrir?
Todo era muy confuso y la edad que teníamos en ese momento estaba abierta a cualquier opción…
En nuestras mentes había espacio para cualquier tipo de situación, ya bien fuera un ladrón, un violador o un fantasma…Todo era posible.

Pero la oscuridad se disipó en el momento que el cabronazo de Ramón le dio de nuevo al automático de la luz… Blanco como el papel de fumar y más acojonado que nosotras…
Me imagino que en ese momento, se pensó que me daba un infarto.
Recuerdo que mientras Ramón daba la luz, yo seguía gritando en las escaleras, recuerdo que se acercó a mí y yo seguía gritando, me volvió a tocar, esta vez intentando sujetarme por los hombros para calmarme y yo seguía gritando…
Tras un buen rato de histeria, conseguí volver a la semi normalidad…
Ahí fue cuando Maite me apartó de Ramón a empujones, ya que si no me aparta de él, lo mato…

El muy capullo, aprovechando que durante la comida se había ido la luz, quiso gastarnos una broma y esperó a que los padres de mi amiga se fueran y nos quedáramos solos para despedirse también él y hacernos creer que había salido de la casa.
Aguardó un rato mientras Maite y yo charlábamos de nuestra ropa… Hizo tiempo para que subiéramos arriba y el muy cabrón esperó a que estuviéramos relajadas y convencidas de nuestra “soledad”…Entonces atacó a sus víctimas… Acojonándolas de mala manera y causándoles un trauma para el resto de sus vidas…O no.

Bajó el automático...Se escondió en el tramo de escaleras que bajaban al sótano, me metió mano en la pierna por entre los barrotes de las barandillas y un poco más y nos mata del susto....Joputa!!

Ese día, Ramón lo debe recordar con amargura y remordimiento…Yo lo recuerdo con especial toque de cachondeo… Y es que en el fondo, cada vez que me viene ese ratito a la mente, me parto de la risa.

A Maite y a Ramón hace años que no los veo, fueron de esos amigos que todos tenemos en algún momento de nuestras vida y que sin motivo alguno, un buen día desaparecen.
Quizás porque hoy llovía como aquella tarde, me he acordado de ellos.
Maite fue madre muy joven, no se si solo tenía 19 o 20 años y nuestras vidas se separaron. Se fue a vivir con el padre de su hija y ya no la vi mucho más.
Ramón era amigo de Maite y también desapareció sin más.

En fin… Que mientras recordaba aquella tarde, me he reído un buen rato.

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Comments:
Tía!! qué angustia he pasado...

A mí me hicieron algo parecido una vez... y casi mato a los chistosos... al borde del infarto me quedé!!

jeje

Besitos.
 
Arale..... Ni el Hichcot ni la Agatha Ruíz de la Prada.... uys, perdona que me lío.... ni la Agatha Christie esa, han escrito nunca una historia tan terrorífica!

Menudo cabr....... era el vecino-amigo ese de tu amiga Maite... tela con el niño!

Menudo trauma te ha dejao!!!

Bueno, lo importante es que ahora lo recuerdas con una sonrisa, verdad?

Un beso!
 
Uuuuuuuhhhh!!!!...
¡¡¡Que zutto má gdande...pdefiedo da muette!!

Dan ganas de seguir leyendo la historia... Engancha y te pones nervioso, jejejejeje... Pero me río porque a mí no me ha pasado que si no....

Menuda perlita es Ramón...Es para cogerlo y darle bien, cambiando la letra de aquella canción de Los Payasos de la Tele:

"dale a Ramón, dale a Ramón,
dale una colleja
y que no sea tan mamón"

Un besoooooote!!...
 
Jejeje, al principio de la historia me has llegado a transmitir ese nerviosismo, pero luego he hecho lo que creo haría en una situación similar... tratar de ver la cosa con serenidad, jejeje, y he esperado que confesaras "el truco" de todo esto tranquilamente, jeje.

Un besico.
 
Cagonsusmuertos!!!!!!!! Ostiasssssssssssss, qué horrrooooorrrrrrr!!

Yo, que soy como un gato que a la mínima salto del susto, joer... me muero fijo... y si no me muero, no me sujeta Maite, ni diossssssssssssssss!!!!!! Cojo un sacacorchos de la cocina y se saco los ojos en un plin al Ramoncete, y se los meto por el ojete...!

Sí, lo siento, me pongo violenta... jamía, qué quieres que haga!!

A un colega mío, en el pueblo (ese, ese, el de la P de Parking delante de mi casa!! jijijii) le dieron un susto del copón: fuimos (como todos los chicos y chicas que veranean en un pueblo) al cementerio (que ya se sabe que hay una maaaaaaarrrrrchaaaaaaaaaaa...), y uno de los del grupo, se metió dentro escalando la pared de atrás... otro chaval se apoyó en la reja de la entrada, y momento dado... zasssssssss! el cabrón de dentro sacó las manos y le agarró por el torso...! La cara del otro chico era pa verla, pobre... se quedó pasmao! Llego a ser yo, y a la que se me pasa el susto (que llego al final del pueblo de lo deprisa que correría...) aprovecho y meto al colega bromista en una tumba abierta... y la cierro... vamosssssssss!

Bueno, guapa, ahora que lo he pasado tan mal y me he comido todas las uñas de los dedos, voy a seguir currando...

Un besazo, prisiosssaaaaa!
 
Umm, me ha gustado la historia, pero lo que mas me ha dado miedo son los pantalones con la gomita debajo del talon ¡¡yo los usaba y eran horrorosos!! juas.
Un dia de estos os voy a llevar de investigaciones para que se os quite el miedo, hombre.

Besotes gordotes.
 
Jajaja, e lcoleguilla os la metió doblada!!! jeje :), muy buena la bromita :)
 
uff, menuda peazo de historia de terror..el ramon tambien fue un cabroncete..pero la broma estuvo muy bien planeada y estudiada..que crack!
 
Uisss que viene, que viene, voy a esconderme.

Ummmmm,
buhhhhh
tutooo

juas
Besotes gordotes.
 
Yo suelo asustar a Akroon, que acaba como el gato jinks, de cuatro patas en el techo.
Me voy a cambiar el dodotis, que me he cagao.

Un beso de ultrarumba!!!
 
He de decirte que has conseguido hacerme pasar un pelin de miedo con tu historia!! :o

Yo suelo asustarme con facilidad, con cualquier cosas y con un simple buh!! Mi madre dice que es pq tengo el corazón mu chico!! jeje!!

Un beso enorme
 
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