Aldea Pingüino ________________________

Pasan de las 4 de la mañana y yo me levanto dentro de pocas horas.

Ha sido un fin de semana muy especial, como ya viene siendo habitual desde hace semanas.
Hemos ido otra vez los tres a Olocau del rey, Gatchan, Peasho y yo.
En el viaje de ida nos llevamos a la hermana pequeña de Peasho, así que esta vez durante el trayecto Gatchan no se quedó dormida.
La niña adora a su nueva tía y viajando las dos en el asiento trasero, era imposible que Gatchan pegara ojo…
El viaje fue muy bien hasta que al llegar a Olocau, a Arale le dio por bajar un barrancal con el coche… ¿ruta turística por los huertos del pueblo ?.. Os cuento…
Yo iba tan tranquila cuando de repente aparecieron en la carretera unas líneas de esas que señalizan un cruce, era de noche y la carretera es bastante primitiva …yo recordaba que allí se tomaba el carril de la derecha y ya estabas en el pueblo…. Pero estoy segura que al señor alcalde de Olocau se le ocurrió durante nuestra ausencia de 4 semana sin bajar al pueblo, poner esas líneas un poco más debajo de lo que estaban habitualmente, así que Arale giró… y cual fue nuestra sorpresa que a la derecha no había carril… no, no… había un huerto..
Así que sin pensármelo dos veces me los llevé a los tres al huerto…
Uno de ellos, no diré quien, se cagó de miedo, los demás nos meábamos de la risa…
En mi brazo derecho llevo un cardenal producido por un desesperado apretón … tipo mama sálvame de esta…
Total, que con 2 piedras y un poco de imaginación, saqué el citroën del huerto, la rampa por la que descendimos no era gran cosa, pero como era arena y estaba muy seca, las ruedas resbalaban y el pobre coche no subía, así que usando mi imaginación y una buena dosis de memoria, pues recordé haber visto la mítica serie de televisión “el equipo A”, ordené a Peasho poner unas piedras tras las ruedas del coche y así impedir que resbalaran… en 4 apretones saqué el coche….como en un parto.
Esto ha sido lo más emocionante del fin de semana, todo lo demás ha sido tranquilidad.
Esta tarde al regresar, las carreteras estaban bastante bien, solo un poco de retención desde Tarragona al Vendrell, pero poco más.
Esta vez Gatchan ha venido dormida desde Forcall, pueblo situado a menos de 20 km de Olocau. Se ha despertado en la plaza de mi pueblo, mientras Peasho y yo nos subíamos a una morera para coger hojas y poder alimentar a mis nuevos inquilinos….yo doy los gatos y mi compi de trabajo le trae a la niña gusanos de seda…¿es que no me dan ni una semana de tregua sin bichos en mi casa????????
Son los gusanos más viajeros del mundo mundial, pues nos los hemos llevado de fin de semana…(a estos también me los llevé al huerto).

Yo he llegado muy cansada, pero ha sido ponerme en la cama y tócate los cojones…aquí me tenéis, más espabilada que nunca…
Estoy de bastante mala leche pues como os podéis imaginar, me gustaría poder estar en la cama abrazada a Peasho, que duerme plácidamente y ni tan solo se ha enterado de mi ausencia.
Y en vez de eso, aquí estoy, dándole a las teclas por no tener nada mejor que hacer…lo peor de esto es que noto que cada vez estoy más despierta.
En momentos así, suelo darle vueltas a la cabeza a temas que ni debería plantearme, pero aun no he descubierto la manera de apartar de mi esos pensamientos.
Así que esta noche por no comerme el coco y cabrearme más aun, he optado por escribir.
Esta es la segunda vez que me levanto de la cama esta noche.
La primera vez me he conformando con fumarme un cigarro y leer un poco del libro que me regaló Peasho para Sant Jordi (por cierto, es muy interesante…”la catedral del mar”).
Al volver a la cama y darme cuenta que acabaría despertando a Peasho con tanta vueltecita inútil, se me ha ocurrido venirme a la sala de confesiones y postear.
Últimamente, como os habréis dado cuenta, casi no aparezco en ningún comentario de vuestros blogs, pero no es que no quiera, simplemente no tengo tiempo. Os leo, pero me es imposible a veces poder comentaros por falta de tiempo. Al medio día, que es cuando normalmente me siento delante del ordenador, solo tengo un par de horas para comer.
Antes de cambiar de trabajo tenía más rato, pero desde que estoy en el nuevo curro, en dos horas no me da tiempo de hacerme la comida, comer, limpiar la cocina, arreglar un poco el piso y leeros…
Por la tarde ya me es muy difícil, pues al salir de trabajar, recojo a Gatchan y casi a diario bajo a Santako, allí me cuesta un huevo aparcar el coche y entre el trayecto y las vueltas locas buscando un hueco para mi adorable corcel negro, llego tan tarde y cansada que no me pongo casi nunca a leer blogs.
Con esto os quiero decir, que no es que os tenga abandonados, pero entre mi tiempo y tantos blogs, estoy un poco desaparecida.
Por otro lado, hay días que mi estado de ánimo no es lo que se diría un jardín de rosas y aunque os leo, no estoy de humor para según que comentarios.
Shhhhh…. Silencio….. creo que las teclas de mi ordenador están despertando a alguien, pues acabo de escuchar como se cerraba la puerta de mi habitación…Tendré que comprarme un teclado nuevo, que este va un poco duro.
Bueno pingüineros… ¿probamos otra vez de retar al insomnio?
Desearme suerte compañeros, haber quien puede más…
Buenas noches y hasta mañana.
Oio!!

Etiquetas: paranoias, vacaciones