Aldea Pingüino ________________________

Como cambia la vida.
Pensabas que tu vida no tenía sentido, que todo lo que te había tocado vivir era gris y preferías olvidar.
Creías que solo estarías mejor.
No estabas dispuesto a meter a nadie más en tu vida…jamás.
Solo, se estaba muy bien.
No había por quien preocuparse, ni tenías con quien hablar una noche en la cama, pero te daba igual, eso era lo que querías.
No estabas preparado ni querías estarlo, para compartir tus sueños con nadie.
Tenías la necesidad de sentirte realizado como ser humano sin ayuda. Saber, que vales para la soledad. Una soledad, que te ha impuesto la vida y que solo puedes aceptarla. Y que mejor que convencerte a ti mismo para no tener que sufrir más por no quererla.
Te construyes un muro tras el cual, tus sueños no ven la luz.
Pero eres feliz, desconoces lo que se esconde al otro lado. O quizás, no lo quieres conocer.
Pero un día, sin más, alguien salta el muro.
Tu primera reacción es dejarte llevar, pero no lo haces porque te das cuenta que no te ha pedido permiso para entrar en tu mundo y tu corazón no está preparado.
Decides levantar más alto el muro.
Pero ves con cara de asombro que lo ha vuelto a saltar.
Entonces, miras en tu interior y comprendes, que no alzaste tanto la barrera como presumes, es más, sabes mejor que nadie que le dejaste una grieta abierta para poder entrar.
Es tan grande el embrollo que hay en tu cabeza que no te da tiempo ha pensar.
Y un día, te das cuenta de que ya es demasiado tarde.
Alguien ha entrado en tu vida, por la puerta de atrás, pero ahora, pasado el tiempo, recapacitas y ves, que no solo ha entrado en tu mundo, si no que está completamente integrado en él de la misma manera que tú estás en el suyo, un mundo que él, también creía tener sellado.
Con el tiempo descubres, que no fuiste el único que estaba escondido tras una barricada. Las horas de charlas te muestran los miedos iniciales que había por parte de los dos.
Horas y horas que te hacen crecer como persona y como pareja.
Horas y horas que disfrutas a cada segundo por todo lo que envuelven.
Entonces, observas desde lejos la escena. Sabes que eres protagonista pero tu otro yo, esta en un segundo plano agudizando los sentidos y recopilando información.
Información que luego reproduces en tu mente y te das cuenta de lo importante que se ha vuelto ese alguien para ti.
Ahora estás aquí, muy sereno y convencido de que lo que tienes en tu vida sí es lo que quieres.
Miras hacia atrás y te das cuenta que lo anterior era solo una forma de pasar la vida sin desesperarte. Reconoces que no te gustaba y que solo te servía para seguir.

Hoy eres feliz porque amas, porque te aman y porque hay muchos sueños que compartir. Esos sueños que un día quisiste encerrar para siempre bajo llave, olvidarte de ellos y autoconvencerte de que lo mejor para ti era dejar de soñar.
Hoy es diferente.
Estás en el buen camino… el duende que vive en ti te lo susurra al oído.
Sabes que estás tejiendo tu felicidad y esta vez convencido de estar haciéndolo bien.

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